De acuerdo. Hay otras lecturas que ahora ocupan los diversos imaginarios, los que no existían hasta principios del siglo pasado.
Cine, la proyección de los hermanos Lumiére, de los daguerrotipos a la fotografía, los videos clips, los cómics, los mangas, etc.
El cerebro es inmensamente vasto para funcionar como una máquina de la imaginación. Coges un libro: citemos el de Dante, la Divina Comedia e imaginas al infierno como quieras. Con destellos del Bosco, posiblemente, sólo que la imaginación fluye y nadie te da todo diseñado para que lo veas. Tú lo diseñas, tú lo distorsionas, lo rehaces, lo reiventas, lo armas.
El libro como base, es irremplazable. Sea en papel o en el monitor de la computadora.
El bendito libro. Carpe diem.
(No quise salir a ver a la niña musa sin escribir esta nota).
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